CAPITULO XVII

CAPITULO XVII:

–Oh, no. Let it burn, oh. Let it burn. Let it buuuurn – acabo la última estrofa de la canción con fuerza. Harry sonríe y toca las faltantes notas. Luego se levanta y me abraza.

–Lo has bordado, la mismísima Adele estaría orgullosa de ti – dice. Estoy orgullosa de como me ha salido, porque realmente, llevo cuatro días ensayando con mucha fuerza varias horas, y mañana tendré que performalo delante de todo el mundo. Miro la hora. Són las cuatro de la tarde. Nos hemos saltado clases para venir a ensayar y tenerlo todo listo. Cuando volvamos acabaremos de pulir detalles – ahora tenemos que ir a comprar esos preciosos disfraces a juego para ganar las coronas ¿verdad princesa? – susurra cogiéndome por la cintura. Río tontamente. Ultimamente lo hago mucho. Reír tontamente quiero decir, no estar en sus brazos. Aunque no niego que eso no pase a menudo. La última semana ha sido increíble. Puedo decir claramente que no hay nadie que me conozca tanto como Harry. Puede que Lea, pero ella ultimamente está en su mundo con Louis, aunque entre nosotras sea lo de siempre y estemos muy unidas hay algo que falta. Nos hemos acercado muchísimo. Además ya no he tenido problemas con encontrarme mal. Esta semana ha sido maravillosa, y espero que mañana también sea un día maravilloso. Hemos dejado los disfraces para la tarde del viernes porque quería ensayar mucho la canción. Mi registro no es tan fuerte como el de Adele y he tenido que cambiar gran parte de la canción, además ha costado que Harry se aprenda la canción para el piano. Tocará junto a mi.

Vamos a la casa y me ducho. Me pinto las uñas de blanco y me visto con ropa fácil de quitar para poder probarme disfraces. Una falda marrón y una camiseta básica color crema, bailarias del mismo color. Dejo mi pelo suelto y me pongo espuma para conservar los rizos bien definidos. Solamnte me pinto los labios de rojo co el pintalabios que me regaló Harry y pongo un poco de rímel en mis pestañas. Salgo fuera y veo a Harry con unos jeans negros y una camiseta blanca con mangas negras. Su pelo es perfecto, como siempre.

Salimos como fuera y cojemos un taxi. Tras unos minutos de risas en el cohce porque él no para de hacerme cosquillas llegamos a un lugar apartado de las afueras de Londres.

–Bueno, ¿donde vamos? – pregunto mirando alrededor intentando orientarme.

–Si miras delante tuyo versa un almacén especializado en disfraces – dice girando mi cabeza con las manos – tonta.

Entramos dentro y veo disfraces y accesorios de todas las midas y precios. Por costumbre me decanto por los más baratos, pero Harry coje mi mano y me lleva a la sección cara. Nada baja de las 200 libras.

–Sé que tu eres rico, pero yo jamás podría permitirme coprarme uno de estos – digo señalando las estanterías caras.

–Y por eso lo pagaré yo – dice sonriendo.

–Ni loca – exclamo seriamente – no quiero aprovecharme de que tengas dinero. Me gustarías aún siendo pobre.

Mierda.

–Así que te gustaría aún así ¿eh? – susurra levantando loas cejas y bajándolas con su típico movimiento. Pongo los ojos en blanco y le doy un codazo.

–No me refería a eso. Ya sabes, que seríamos amigos aun sin que tú fueras rico y todo eso, te querría de todos modos – digo intentando arreglarlo.

–Así que me quieres ¿eh? – exclama repitiendo el mismo movimiento de antes – pues que sepas que yo también te quiero, y como te quiero tanto y tu me quieres a mi mucho me tienes que dejar que te pague el disfraz.

Me sonrojo ante este cumplido, y dentro de mi estoy dando saltitos y gritando tontamente.

–Ya lo sé Harry pero es que no quiero que la gente piense que, bueno que yo me aprovecho de ti o algo. Si esa zorra se entera de que lo has comprado tú epezará a inventarse cosas como que soy una puta y te manipulo.

–Así que se trata de Allisson. Pues pasa de ella porque si yo quiero darte algo tienes que aceptarlo – dice arrastrándome unos metros más cerca de las estanterías – así que acéptalo ya de una vez.

Pongo los ojos en blanco y me suelto de él.

–Está bien, pero solo esta vez. Ni una más, ¿entendido?

–Gracias – murmura por lo bajo y luego sonríe.

–Gracias ¿porqué? Si debería dártelas yo.

–No, gracias por no ser lo que tu odiarías convertirte. En serio, gracias – dice dándome un achuchón – Ahora vamos.

Llevamos varios minutos mirando, y yo rebusco y rebusco, pero no hay nada que me llame la atención.

–¿Quieres ir de piratas? – dice.

–Buff, odio los piratas.

–Y de vaqueros?

–Los odio aún más que los piratas.

–¿Indios?

–Es un odio profundo, pero no tanto como el de pirata.

–¿Hay algo que no odies? – pregunta ya desesperado.

–Las galletas, el chocolate y los cupcakes glaseados, ah y los bollos.

–Si te verías preciosa vestida de ellos, pero no sexy.

–¿Y qué te importa a ti si soy o no sexy? – pregunto frunciendo el ceño.

–Porque si eres mi pareja para el baile tienes que estar presentable – murmura algo avergonzado. Levanto una ceja. Bueno, intento levantar la ceja, pero creo que lo ha pillado. Qué excusa más estúpida –ahora deja de quejarte y te vas a probar los disfraces que yo te diga.

Me vuelve a arrastrar hasta los vestidores. Creo que debería adelgazar porque el pobre está exahusto, pero en realidad yo soy bastante delgada, y mira que me ofrecieron trabajar de modelo, y además soy bajita.

–Ahora te probarás el de pirata y luego el de vaquera. Después uno de india, gatita, policia, conejita, bombera, hada, sirena y la bella durmiente.

–¿No puedo ir de Minnie Mouse?

–Nop.

–¿Y de abejita?

–Nop.

–Está bien. Me lo pruebo todo, pero el de princesa no, es horrible y odio a las princesas.

–Tú eliges, pero es el más bonito.

Entro con el disfraz de pirata, qué parece más una camiseta que estoy intentando que me quede de vestido.

–Quédate con este, es perfecto – dice mirándome en un sitio donde no tengo la cara.

Pongo los ojos en blanco y digo una palabra muy fea para una dama, pero que se joda, no pienso ir con medio culo al descubierto. Y he dicho culo, bueno mentalmente, pero yo voy al grano, nada de rodeítos elegantes. No, coño no, culo, y punto pelota.

Sigo probándome los trajes uno a uno y no quedo nada, pero que nada contentita. Me pongo la ropa normal y salgo del vestidor. Harry está ya aburrido de todo y está leyendo en su móvil. Leer. Pero que digo, estará jugando.

Bufa al verme y se frota los ojos a sueño.

–Bueno, aquí no hay nada que me guste, así que vamonos – digo caminando.

–A mi me gustaba el de conejita.

–A ti te gustaba el de conejita porque eran unas bragas blancas con una banda de sujetador y orejitas. A mi no me engañas, pervertido.

–¿Pero te lo puedo comprar y así vas vestida solo por casa? Porfis porfis – dice poniendo ojitos dulces.

Me empiezo a reír y le mando a pascar cabras. Ahora si que empiezo a caminar, hasta que su voz me vuelve a parar.

–Todavía no te has probado el de La bella durmiente – dice enseñándome un vestido largo rosa, el de la película pero con un bordado y unos detalles increíbles.

–Ya te he dicho que no pienso probarme el de princesita.

–Porfavor. Por mi – dice extendiéndomelo para que me lo prebe. No me gustaría ir así vestida, pero no puedo negar que no es bonito. También lo hago por él, y puede que un poco por mi. En el fondo, pero fondo de mi corazón, me gustaría ser la princesa de Harry.

Entro dentro del vestidor y me quito la ropa, solo quedándome con el sujetador y en bragas. Quito la funda del vestido y lo saco. Tengo la piel de gallina por el frío. Me lo pongo y lo ajusto. Aprieto la cintura aún más. Me va como un guante. Hace que mi cuerpo parezca perfecto. Es realmente increíble. Aunque sea rosa me queda bien.

Salgo fuera con él puesto y veo como a Harry se le iluminan los ojos en verme. Pero yo también estoy sorprendida al verle vestido de príncipe. Creo que me he enamorado. Y no puedo asegurar si es solo del vestido.

–Estás preciosa, ¿lo sabes? – dice cogiendome por cintura y acercándome a él lentamente mientras me toca la mejilla con la mano y sus ojos se posan en los míos.

_________________________________________

Porfavor comentad que me siento solita D: Lo he subido por Louise, pero porfavor que haya más gente!!! :'3