miércoles, 27 de febrero de 2013

CAPITULO X


CAPITULO X:

Todas las luces se apagan y aparece un murmullo general. Agarro fuerte el micrófono y la música empieza. Cierro los ojos. Oigo las notas. Siento las vibraciones recorrer mi cuerpo como serpientes dentro de mi piel. Cosquillean. Abro los ojos y solo veo oscuridad. No tengo miedo de equivocarme con la letra, me la sé de sobras y además, las estrofas són fáciles. Aún así se necesita una voz poderosa para poder llevarla.
Abro la boca y empiezo a cantar la primera estrofa. El murmullo se disipa como arena llevada por el viento.
Pronuncio las primeras frases al ritmo de la canción y accelero. Levanto la voz en el final y el principio de cada línea, así en la mitad descanso la voz y le doy un efecto diferente. A la hora de llegar al estribillo, donde debería haber dicho dos veces las frases de “I am falling to pieces. Falling to pieces.” Solamente la digo una vez y alargo las palabras elevando mucho la voz. Empieza la parte del break y puedo descansar mi voz.
Sigo el resto de la canción como antes y me esfuerzo en no perder la voz. La ultima línea la alargo tanto que David le añade varias notas más.
Acabo. Bajo del escenario. Recibo aplausos y ovaciones, serán que por cortesía. Aunque nadie sabe quien ha cantado, todo ha sido a oscuras. Todos menos Harry y el DJ.
Se enciende la luz.
No sé si lo he hecho bien. El señor Guetta viene directamente hacía mi a felicitarme. Me sonríe y me pregunta mi nombre y número de contacto.
Voy a buscar a Harry. Le encuentro en el mismo sitio. Está solo y sonriendo. Voy hacía él. Me da un abrazo.
Abro la boca para hablar pero I know you where in trouble se oye en los altavoces. Veo la cara de Harry endurecerse. Intento cambiar de tema.
Nada surge efecto. Cuando ella aparece en el escenario él empalidece, sus cejas bajan, y su cabeza también.
Me siento incómoda.
Decido que nos vallamos, no pienso quedarme. Miro su cara, la está miranod con cara melancólica. No se porqué, pero el alma se me cae a los pies.
–Harry vámonos, te estás haciendo daño a ti mismo – digo tirándole de la manga.
Ninguna respuesta.
–Harry – sigo insistiendo. El la está mirando como si el mundo se acabase – Harry, te hieres a ti mismo, deberías dejarlo.
Nada.
–Harry, me voy a ir sola – estoy desesperada por llamar su atención – Harry, por Dios, quédate aquí con el amor de tu vida y pasa de mi.
No hay reacción.
–Harry ¿me estás escuchando? – pregunto alzando la voz – Harry, me voy.
Sus ojos solo se mueven al compás del cuerpo de Taylor. Está hipnotizado.
Sigo rogandole la atención. Elevando la voz, estirándole de la mano. Nada.
–Harry... – intento atraer su atención otra vez. Intento penetrar el muro que ha formado mientras la escucha. Está elecrificado y no lo puedo traspasar porque me abrasaré.
Decido dejarle en su mundo en trance y irme.
Camino decidida entre la gente y consigo encontrar la puerta. Hablo con el guardia y me abre. Salgo fuera y me encuentro en el oscuro callejón. Voy hacía adelante y salgo a la calle principal. Llamo un taxi y le digo la dirección de la Universidad.
Miro la hora. Son las once. Aún nos queda una hora para el toque.
Dentro de unos cinco minutos llegamos delante de allí, supongo que podría haber ido caminando y le pago, con el último dinero que me queda. Genial. Tanto por un vestido, que tampoco es el más bonito del mundo.
En el patio está bastante vacío, solo hay tres grupitos de gente. En las viviendas solo hay dos con las luces encendidas, el resto estarán por Londres.
Voy al apartamento. Todo está apagado, Lea y Lou aún no han llegado. Siento mi móvil vibrar. Lo saco y en la pantalla veo la foto de Harry y su nombre debajo. Rechazar.
Sé que no debería hacer esto, pero después de como se ha comportado se lo merece. Voy dentro y apago todas las luces menos la del baño. Como no tiene ventana no se verá des de fuera.
Me quito toda la ropa y la tiro al suelo. Entro en la ducha y me quedo varios minutos bajo el agua templada. Poco a poco la pongo algo más caliente hasta que quema. Mi piel se enrojece y se irrita.
El móvil no para de sonar. No me molesta. Me encanta escuchar esa cacnión. Escucho muchas veces seguidas Lego House de Ed Sheeran.
Es imposible saber cuanto me quedo allí, pero ya no veo nada con tanto vapor. Me empiezo a marear. No cumplo con mi costumbre de poner el agua fría al final para despertarme. Salgo del plato de ducha. Parezco una mancha roja. Me visto.
Una vez vestida me deshago la coleta y me empiezo a lavar el pelo. Tengo mucha calor. El móvil está sonando fuertemente. Me estoy aclarando el pelo cuando al vapor aumenta tanto que ya no veo nada. Cierro el flujo de agua. Y me levanto. No tengo tiempo de ponerme la toalla en la cabeza porque una ola de calor me atraviesa y me tengo que apoyar en una pared. Me encuentro mal. El dolor de mi cabeza es insoportable. Mi visión se va ennegreciendo. No recuerdo nada.

Su corazón se crispa al ver que no hay luz en el partamento. Tampoco la encuentra en los grupitos que hay en el patio. La rabia hacía si mismo le llega y tiene ganas de gritar. Finalmente decide, entrar, por si acaso.
La puerta se abre y Harry entra agobiado. Las luces están apagadas. Aún tiene los ojos cristalizando. Escucha el móvil sonar suavemente por la casa. Su corazón se accelera. Ella está bien. Sigue llamando a Kat por su móvil.
Camina rápidamen hacía el sonido. La habitación de las chicas. Entra y ve las luces apagadas. Las enciende y no observa nada, todo igual. En cambio si que se ve luz por debajo de la puerta del baño. El sonido de la canción también ha aumentado y se escucha claramente. El baño. Ella está allí.
Grita varias veces su nombre pero no contesta, no se escucha nada. Sigue gritando varios segundos, hasta que prueba entrar y nota que el pestillo no está puesto.
Abre la puerta con cuidado y una enorme nube de vapor le ataca. No le deja respirar y tose sonoramente.
Sigue gritando su nombre varias veces hasta que el vapor sale por la puerta y se pueden distinguir las formas. La ve allí caída en el suelo y el alma se le cae a los pies.
Se acerca y le empieza a dar suaves palmadas en la cara mientras repite su nombre varias veces.
Que le he hecho. No para de culparse a si mismo. Entonces la coge en brazos y empieza a correr, dejándolo todo abierto detrás suyo.
Corre a la enfermera y empieza a hablar desenfrenadamente y sin coherencia. La mujer le para y le sonríe.

Siento un peso encima mío. Abro los ojos lentamente y la bruma desaparece. Veo que es por la mañana.
Estoy en una habitacíon extraña, blanca. Hay varios botiquines y un montón de armarios con medicamentos. Mi cama es grande, y la sábana es de un blanco impecable. Tengo algo pinchado  en mi muñeca derecha, que conecta con una bolsa suspendida en un palo. La hacerco hacía mi y huelo. Gucosa.
No recuerdo mucho. Intento ponerme sentada pero algo encima mío me lo impide.
Subo un poco la cabeza y llego a observalre. Está dormido.
Al sentir movimiento se despierta poco a poco, hasta que realiza donde está y se mueve agitadamente. En un minuto le tengo encima abrazándome como si hace años que no me ha visto.
–Lo siento, de verdad, lo siento mucho – dice agarrándome fuertemente.
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Muchisimas gracias a las nuevas y antiguas lectoras por comentar. Os amo y por favor seguid haciéndolo. Os pido porfavor que traigáis a más gente si podéis. Muchisimas gracias! Os amo <3 

martes, 26 de febrero de 2013

CAPITULO IX (2a parte)


El hombre le devuelve el móvil. Entonces le reconoce. Abre mucho la boca, pero Harry le hace signos de que se calle. Debe de ser de mediana edad, lo habrá reconocido porque tiene hijas quinceañeras que están locas por mi San Jacobo. ¿Mi San Jacobo? La mano de Harry me saca de mis pensamientos. Me coge y vamos caminando. Cada vez que pasamos por algún sitio me explica cosas o suelta algún comentarios. Las fans nos paran tres veces. Y siempre se para a atenderlas, por una vez las odio.
Llegamos a la cola del London Eye y esperamos. Miro mi reloj. Son las ocho. Estamos esperando aún cuando Harry saca su móvil y pone la cámara. Lo pone en versión video. Le miro extrañada.
–Vamos a quedarnos en la cola como personas normales que somos. Así que mientras esperamos grabaremos un video – dice moviendo de un lado para otro el móvil – bueno, comencemos.
Toca un botoncito y una luz roja se enciende.
–Hola, soy Harry Styles y esto es.... – dice inclinando la cámara hacía mi.
–¡La cola del London Eye! – exclamo abriendo los brazos.
–¿Y que hacemos aquí, Kat? – pregunta con una curiosidad falsa.
–Esperar.... – digo yo con falso aburrimiento.
–¿Sabes lo que podríamos hacer mientras esperamos? Probar el pintalabios que te regalé. – dice Harry con una sonrisa.
–¿Sabes que más podríamos hacer? – pregunto.
–Dime tu.
–Cualquier cosa menos probar mi nuevo pintalabios – digo dándole una colleja amistosa. Me empiezo a reír. – en fin. Aquí. Yo soy...¡Una MAGDALENA GLASEADA!
–Pues yo soy... – intenta decir él, pero le interrumpo.
–Eres un cerdo – exclamo con dulzura mientras le pongo morritos.
–Yo soy un Escapolín.
–Eso es feo.
–Pues soy un escalopín guapo. Vale, no. Soy....soy...un bollo.
–Me gustan los bollos.
–A mi también me gustan las magdalenas glaseadas.
–Ahora seré un unicornio.
–Y yo una manzana. A los unicornios os gustan las manzanas – hace su particular movimiento de las cejas – ya puedes comerme, preciosa.
–Harry! – exclamo indignada.
–Blup – es lo único que se le ocurre decir. Ríe.
La cola avanza, ya solo nos quedan tres personas delante, así que apagamos el móvil. Dentro de unos cinco minutos subimos a una de esas cosas. Cierran la puerta. Empezamos a subir. Tengo miedo. Creo que acabo de descubrir que no me gustan las alturas. Harry me toma la mano. Miro Londres por la ventana. Es precioso.
Llegamos arriba del todo y Harry saca el móvil. Nos hacemos varias fotos. Sonriendo. Con la lengua sacada. Con morritos. Los ojos en blanco. Los mofletes inflados. Con los pulgares arriba. Riendo. Entonces Harry coge mi barbilla y me da un pequeño beso. Siento el flash dispararse y sacar la foto.
–Quiero que me pases todas las foto. Ah y el video también – digo.
–De camino a las fiesta te las paso – ¿fiesta? Esa fiesta.
–Bueno, será mejor que me vaya – digo algo incómoda.
No sé que hacer. No me puedo invitar a mi misma. Además Harry ya tendrá acompañante. Le doy un abrazo y un beso en la mejilla y empiezo a caminar cuando me agarra la mano y me dicec extrañado:
–¿Donde vas? Ya he anunciado que iré contigo – ¿Que ha hecho qué? Estoy en la lista de una fiesta de famosos.
–Pero Harry, yo no tengo un vestido a mano, además, son casi las nueve. Tardaríamos demasiado en ir y que yo me arregle.
–No es una gala. Es una fiesta. La gente va como le da la gana. Además, si quieres entramos un momento en una tienda y te compro algo.
–Traigo dinero conmigo. Creo que tengo suficiente para un vestido. Vamos – digo avanzando.

Entramos en una tienda, elijo varios modelos. Harry también escoge uno para mi. Es precioso, pero un poco caro. Frunzo el ceño. Mis padres me matarían si supiesen que me voy a gastar tres cientas libras en un vestido. Es negro con motivos florales. Tenía la cintura marcada, y la falda no era demasiado lisa. Me llegaba por el muslo.

Como mis tacones són rojos, me pongo la diadema roja que acabo de comprar y me vuelvo a pasar el pintalabios de frambuesa por los labios.
Perfecto. Salgo fuera del vestidor. Y me voy hacía Harry. Sonríe. Voy a pagarlo y nos vamos.
Cogemos un taxi. El conductor le reconoce y le pide un autógrafo para su hija. Harry se lo da. Mientras estamos ahí me pasa el vídeo primero, luego las fotos. Cuando acabo de tenerlas las voy mirando. Me pongo de fondo de pantalla la foto en la que estamos sonriendo normalmente. La que nos hizo ese hombre delante de la tienda de accesorios.
Harry la ve y levanta las comisuras de los labios.En el fondo de pantalla pone la de los morritos. Pone la misma foto que he puesto yo de perfil en el Whatsapp. Y en el fondo de su Whatsapp coloca la del beso.
Me mira sonriente.
–Va ponte guapa, que quiero una tuya con vestido – dice.
Me arreglo un poco el pelo y sonrío.
Flash.
–Ahora déjame hacerte a ti una.
–Si tu lo quieres... – dice mientras se pone bien la camiseta y se toca un poco los rizos.
Saco mi móvil y le hago la foto.
–Perfecto – le digo.
El coche se para y bajamos. Estamos en una callejuela sucia y mugrienta. Harry llama varias veces a unas grandes puertas de metal rojo desgastado. Se entreabre y alguien le observa, acto seguida nos deja pasar.
Dentro todo es bastante oscuro. Miro a Harry. Tiene la expresión seria. Me coge la mano y avanzamos. Buscamos algún sitio para sentarnos. Me extraña que no busque al resto de la banda.
Un hombre de una edad avanzada vestido con traje de camarero viene hacía nosotros y baja la bandeja, donde hay varias copas de cristal llevas de un líquido carmesí. Vino.
Denego elegantemente con la cabeza y sonrío. Harry si que coge una. Mueve lentamente la mano en círculos, lo huele y toma un sorbo. Sonríe. Me extiende la copa para que pruebe. La tomo y intento imitar a Harry. Supongo que lo hago mal porque accentúa mas la sonrisa. Me dejo de tanto teatro y tomo un sorbo. Horrible. Quiero escupirlo, pero no es muy bonito que haga eso. Así que me lo trago y le devuelvo la copa a Harry. Sigue sonriendo.
–Bueno, ya veo que no eres fan del vino. Si quieres endulzar tu mal sabor de boca me ofrezco voluntario – levantó las  comisuras de sus labios y movió las cejas como siempre.
Río y le doy un codazo. Casi le derramo el líquido encima. Me mira con un enfado ofendido falso. También empieza reirse.
Hay bastantes famosos, y supongo que ahora debería estar dando saltos, pero no haré el ridículo. Realmente se podría considerar aburrida, por no decir ridícula. No había nada, simplemente un par de gente charlando.
–Harry, y esto para vosotros es...¿una fiesta? – pregunto extrañada. Tampoco pretendo herirle.
–Hombre, pues claro que no. Ya verás como son las fiestas. Esto es algo parecido a una reunión porque sí. Si quieres voy a pedir dos o tres canciones, pero ten en cuenta que no las ponen en un disco, alguien tiene que salir a cantarlas – dice – ser el primero es horrible. Cuando ya hace eso alguien se suele animar más gente.
–Bueno, pues si esto se supone que es una fiesta, déjame convertirla en una fiesta – digo levantándome ilusionada. Por una vez una chica normal impresionará a una persona que lo puede tener todo.
–Kat, sé que eres increíble, pero no se si esto es una buena idea – dice Harry tomándome la mano. Está preocupado.
Me acerco a él y le doy un beso en la mejilla. Levanto la cabeza y le susurro al oído que confíe en mi. Está como hechizado. Creo que nunca me he comportado de esta manera con un chico.
Me acerco a una mesa donde se supone que debería haber un DJ. Un hombre treintañero se da la vuelta y me pregunta que quiero. Me parece conocido. Es David Guetta. Reprimo el impulso de gritar.
–Bueno, mi acompañante me ha dicho que en esta festa no se puede poner música a no ser que alguien la cante. Sinceramente, no pretendo decirl alog insultante, pero esto es aburrido y soso, así que yo me ofrezco a cantar una canción.
Sonríe.
–Me caes bien muchacha. Es difícil que alguien quiera hacerlo. En fín ¿ que elijes?
–Me atreveré con un tema tuyo. She Wolf porfavor.
–Claro. ¿A capella?
–No, con música de fondo porfavor. Ah y una cosita.
–Dime.
–Nunca he cantado en público. ¿Podría apagar todas las luces? No quiero ver a nadie y no quiero que nadie me vea a mi.
–Tenlo por hecho – dice aún sonriendo.Todas las luces se apagan y aparece un murmullo general. Agarro fuerte el micrófono y la música empieza. 
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Porfavor, podéis traer a más gente que lo lea?? Es que me haría mucha ilu :''D
Gracias!

domingo, 24 de febrero de 2013

CAPITULO IX (1a parte)


CAPITULO IX (1a parte) :

En la próxima media hora desayunamos y vamos a prepararnos para salir y dar una vuelta por Londres. Hay una fiesta entre los famosos pero Harry no la menciona. Debería haber ido, pero no lo hace. Vamos solo Lea, Harry, Louis y yo. El resto de la banda y Ed si que se preparan para ir.
Lea y yo nos vamos a nuestro cuarto a cambiarnos, los chicos irán como esta mañana. Hablo con ella sobre temas varios, intentando animarla. Al menos en mi clase está Harry. Ella está con Niall, pero no es que Niall sea un gran amigo para Lea.
Miro mi armario y opto por ponerme unos pitillos vaqueros desgastados y una camiseta básica beige metida dentro con un cinturón finito de adorno. Tacones rojos. Me vuelvo a pintar las uñas. Esta vez de rojo. Me dejo el pelo suelto.
Antes de poder maquillarme oigo a Harry des de la otra punta gritando que no me ponga pintalabios esta noche. No entiendo que quiere. Supongo que es su sutil forma de decirme de que me odia con el puesto y que por una vez no me lo ponga. Bueno, el ha renunciado a una fiesta por mi, así que solo me pongo rímel.
Lea ha escogido un conjunto fácil. Pitillos negros y sudadera. Adoro las sudaderas, tengo bastantes, aunque no sé porque, cuando estoy con Harry solamente quiero ponerme cosas que me saquen en evidencia. Parezco tonta.
Miramos la hora. Ya son las siete de la tarde. En fin, salimos por la puerta y pedimos un taxi. Llegamos al centro de la ciudad en unos veinte minutos. Allí mismo Harry tiene la maravillosa idea idea de subirnos en el London Eye.
Vamos hacía allí y nos empezamos a reír. Estamos contando anécdotas. Louis está contando que le pasó cuando apenas estaban empezando.
–Resulta que Harry tenía la extraña manía de dormir desnudo.
–Pero ¿aún la tiene? – pregunto extrañada.
–La verdad es que si, pero como durmió contigo supongo que no se la quitó – dijo Louis haciendo el mismo moviemiento de las cejas que Harry. Me pongo roja – Bueno, pues nosotros tuvimos que cantar en un pueblecito, entonces alquilamos varias habitaciones en un motel. Pero solo había dos habitaciones. Y Harry el listo se quitó la ropa y dijo que él quería dormir desnudo. Te imaginas que ninguno quería dormir a su lado de esa manera. Así que tuvimos que dormir cuatro chicos en una cama de matrimonio, mientras Harry tenía una sola para él. El muy capullo cuando nos fuimos se vistió y se durmió encantado con tanto espacio. Por la mañana Zayn salió a comprar una serpiente de plástico. Harry les tiene fobia. Le empezamos a tocar el cuello con el dedo suavemente y cuando abrió los ojos y la vió se puso a gritar como un idiota. Creo que estuvo sin hablarnos todo el dia – dijo Liuis riéndose.
–¿En serio? Me habría gustado estar allí para verle – digo riendome.
–¿Verme como? – pregunta Harry con una sonrisa burlona – porque gritando va a ser que no, pero de la otra manera lo haré encantado.
–Eres un guarro – digo con las mejillas ardiendo.
Antes de llegar a la atracción Harry me coge de la mano y me enseña la tienda más grande de accesorios que he visto en mi vida. Lea pone los ojos en blanco, pero en cuanto ve cuantos maquillajes distintos hay entra corriendo.
Yo me acerco a las dos estanterías llenas de diademas con lazos. Son bastante caras, pero escojo tres que me llaman la atención y me las pruebo. Me gustan.
Voy a pagarlas cuando Lea aparece con mala cara. Resulta que los tiene en su mayoría en casa, y los que no, no cree que le sirvan, aún así compra una bolsa llena de ellos “de recuerdo”.
Yo fuí a la caja a pagar las diademas con lazos. Una era negra, bastante grande, perfecta para vestidos cortos y llamativos. Otra era roja, pequeña y discreta. La última también era discreta y bonita, de color negro, también.
Salgo fuera donde Lea está intentando maquillar a Louis para ver cómo quedaría sobre la piel. El pobre intentaba escabullirse. Finalmente el consiguió tranquilizarla y la abrazó. Cuando volvamos a casa necesito tener una charla realmente seria con Lea y con las cosas que se le olvidó contarme.
Salgo fuera y me junto con ellos. Estoy buscando a Harry con la mirada, hasta que le veo pagando algo en la caja. Sala fuera con una sonrisa muy dulce.
–Toma esto es para ti – dice extendiéndome un pequeño sobre con la emblema de la tienda. Está sonrojado y no para de sonreír.
Le miro extrañada. Abro el sobre y me encuentro con un pequeño pintalabios rojo brillante.
–Yo...esto...Harry, muchisimas gracias, pero no entiendo el detalle. Aún así, muchisimas gracias – Le digo. Sonrío, las mejillas me arden, aún así le abrazo.
Se despega de mí y me dice:
–Hazme un favor y póntelo – me dice con una sonrisa de oreja a oreja. Por eso me dijo que no me pintase los labios, lo había pensado. Harry es un amor. Me pongo a varios centímetros del cristal de la tienda y empiezo a extendermelo por los labios. Huele bien. Cuando considero que es suficiente, me friego los labios y pongo la tapa.
–Ya está. Muchisimas gracias Harry, pero no... – no puedo acabar la frase porque él me coge por la cintura, me atrae hacía él y me besa suavemente. Cuando me separo estoy muy roja. Él me está sonriendo y antes de que pueda decir algo suelta:
–En la etiqueta ponía que era sabor frambuesa – dice sonriendo, se está haciendo el gallito de una forma tan adorable que le saltaría encima – así que quise probar a ver si era verdad.
Entonces decido que es hora de devolversela. Con una sola mano abro el tapón del pintalabios y lo dejo caer. Me abalanzo sobre él y le mancho los labios un poco, pero sin pasarme. No se lo esperaba. Se mira estupefacto en el cristal porque no se cree lo que acaba de pasar.
–Bueno, puedes probarlo y decirme que tal – le digo con una postura de superioridad fingida. Me empiezo a reír.
–¡Kaat! – grita con un enfado teatral.
–Dime – respondo con una clara inocencia.
–Límpiamelo, no puedo ir así por la calle.
–Cómo no – digo mientras hago dos pasos hacía él, me pongo de puntillas y le beso. Abre mucho los ojos. Claramente está sorprendido, pero se acostumbra rápidamente pone sus manos en mi cintura. Sigo besándole. Le intento quitar todo eso, pero no creo que funcione. Aún así, cuando me separo de él se muerde el labio y me dice:
–No creo que lo hayas hecho demasiado bien. Repítelo hasta que lo consigas – sonríe, está claramente encantado con mi forma de hacer que pruebe el pintalabios.
Le doy un codazo.
–Voy dentro a comprar toallitas desmaquillantes – digo.
–Ya voy yo – sonríe.
Le veo entrar en la tienda, la dependienta sonríe cuando le pregunta que podría comprar para quitárselo. Es entonces cuando me doy la vuelta y veo como Louis y Lea me están mirando con los ojos abiertos como platos. Lo único que recibo es un signo de Lea, que traduzco como tenemos que hablar. Y tanto.
Harry sale con un poco de crema por el labio y un pañuelo húmedo en la mano.
–La dependienta ha dicho que me ponga esta crema y luego me la quite. ¿Alguien se ofrece voluntario para hacerlo? Preferentemente con los labios. Que sea chica. Bajita. Lleve una camiseta blanca. Y se llame Kat – dice sonriendo dulcemente y mirándome.
–No tientes tu suerte, ricitos – le respondo cogiendo el pañuelo y quitándole la crema de los labios – Ah, y la camiseta es beige.
–Bueno vamos, que quiero subirme allí arriba – digo dándome la vuelta para buscar a Louis y Lea. No están. Mi bolsillo vibra y miro. Tengo un mensaje de Lou.
   Bueno, os dejamos que os lo paséis bien. De mientras iremos al cine. Besos XX
Se lo enseño a Harry y él solo se limita a levantar los hombros y sonreír. Se pone unas gafas de sol y me extiende la mano. Se la cojo y empezamos a caminar. Unos cinco metros más adelante, se para y saca su móvil.
–Quiero tener recuerdos de hoy. Es tu primer día oficial en Londres. Así que nos vamos a hacer una foto. Ponte una de las diademas que te has comprado – dice.
Saco la diadema negra y discreta. Tiene el lazo para el lado izquierdo. Me la pongo. Harry le pide a alguien que nos haga una foto. Así que me coge y me pone la mano en la cintura, rodeándola. Sonríe. Sonrío. Flash.
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Bueno, espero que os guste. La segunda parte creo que está igual de bien :'D

sábado, 23 de febrero de 2013

CAPITULO VIII


CAPITULO VIII:

Me meto en la manta y cierro los ojos. Se quiere quedar, lo siento. No quiere obligarme. Estoy cansada de este juego. Estoy cansada de esconderme y que nadie venga a buscarme, así que cuando se levanta entrelazo su mano con la mia. Sonríe.
Se pone a mi lado y se cubre co la manta. Me abraza. Ya no juega con mis rizos, me está agarrando la mano.
Abro los ojos lentamente. Me doy la vuelta y veo a Harry durmiendo plácidamente. Aun me está abrazando, así que no sé como salir sin despertarle.
Me quedo mirando al vacío pensando. Me encanta este momento. Me encanta que me abrace de esa manera. Además lo de anoche. Se me suben los colores. No sé que ha sido. Sea lo que sea, me  ha besado. Pensando en besos. Lea. Me doy la vuelta para ver si está en la cama cuando me encuentro con los ojos abiertos de Harry.
–¿Porque no me has despertado?
–Porque estabas durmiendo – madre mía, no podría haber dado una respuesta más tonta.
Ahora si que miro la cama de Lea. Está hecha.
–Si buscas a tu amiga creo que está con Louis. Ya sabes, se han hecho buenos amigos mientras nosotros estábamos fuera – dice Harry con su sonrisa burlona mañanera.
–Oh cállate Styles – digo riéndome.
Me levanto y voy al baño. Me ducho rápidamente y salgo. Me encuentro a Harry medio durmiendo.
–¿Puedo usar tu ducha? – pregunta mdio rojo.
–También hay una en vuestro cuarto.
–Ya pero entiéndeme, no quiero entrar y encontrarme a Lou y Lea dándose el lote.
Suspiro. Le espero mientras se ducha. Está cantando. Se me ocurre una buena idea. Saco el móvil y empiezo a grabarlo. Me estoy riendo. Creo que Harry me está oyendo porque me dedica una y todo.
Sale solamente con la toalla. Enrojezco.
–¿Puedes ponerte algo?
–Mi ropa está en la otra habitación – exclama sonriendo.
–Ya voy yo a buscarte algo – digo.
Minutos más tarde me encuentro delante de la habitación de los chicos, picando. Me abre Louis con cara de sueño.
–Esto...siento interrumpir, pero Harry se ha duchado y no tiene nada para ponerse. ¿Sabes lo que suele vestir? – pregunto con un hilillo de voz. Esto es lo más vergonzoso que he hecho nunca.
Louis me sonríe y se friega los ojos. Des del otro extremo veo a Lea, aún durmiendo. Es extraño, ella siempre madruga. Está en la otra cama. No han dormido juntos. Sigo observando la habitación, está muy desordenada. Hay ropa por todos lados, pero no parece preocuparles.
–Toma esto – me dice extendiéndome un tocho de ropa. Es de calle – Ah, se me ha olvidado avisaros, dentro de una  hora nos presentamos delante del escenario, tienen cosas a comunicarnos. Lo dijeron anoche, pero vosotros dos estábais pasándolo tan bien escapándoos juntos, no os enterasteis.
Le lanzo una mirada asesina por el comentario, pero agarro la ropa y me voy. Entro en nuestra habitación y me encuentro a Harry mirando mi móvil.
–¡Harry! ¿Que haces mirando fotos mias? – pregunto poniendo para de ofendida.
–No nada, que me aburría mucho, y...no sabías que te habías teñido antes – dice con voz alegre. Si ha llegado a las fotos de hace dos años, también habrá visto las fotos donde estoy en bañador. Me ruborizo.
Callo y le tiro la ropa. La coge, la mira y está a punto de quitarse la toalla para vestirse allí mismo.
–¿Puedes irte al baño porfavor?
–A mi me da igual.
–Pero a mi no, así que vete al lavabo.
–Okey capitana.
Después de varios minutos sale de allí. Así que soy yo la que entra ahora. Opto por ponerme y vestido naranja neón con escote de corazón y tacones amarillos. Dejo mi pelo suelto, pero me coloco una diadema con un lazo amarillo. Me pongo solo un poco de rimel y pinto mis labios de rojo.
También me pinto las uñas, del mismo color del lazo.
Tardo bastante en hacerlo todo, por lo que Harry llama varias veces a la puerta y me pregunta si me encuentro bien. Sonrío para mis adentro, supongo que no está acostumbrado esperar a una chica.
Salgo del baño y me dispongo ir a desayunar en la cocina, pero me encuentro con que Harry nada más salir me coge como si fuese un saco de patatas diciendo que llegamos tarde por mi culpa. Empieza a corres. Esty intentando protestar, pero sé que no servirá de nada. Cuando casi estamos delante de la multitud afloja el paso. Me lleva así hasta estar delante del grupo de famosos y Lea. También hay otras chicas junto a nosotros, pero hablan entr ellas a medio metro de distancia, así que solo hay conocidos.
–Creo que ya puedes bajarla ¿no? – dice Liam.
–No déjala un rato más, que por culpa suya casi llegamos tarde – dijo Harry.
–Harry o me bajas o te juro que llegamos a casa y quemo tus pósters – amenzé yo mientras le pegaba puñetazos en la espalda.
–Vuelve a decir eso y te dejo caer – exclamó haciendo la broma de medio agacharse para dejarme caer. Yo solté un grito y unas palabras poco dignas de una chica.
–No creo que sea buena idea, lleva un vestido que le llega al muslo y si se cae se le va a ver todo – esta vez fué Zayn el que intervino. No le vi la cara, pero por su voz seguía notando una melancolía, aunque no tan acentuada como el otro día.
Me dejó suavemente en el suelo y se me quedó mirando. Subió y bajó la viasta varias veces, mirándome.
–Estás muy guapa – dijo.
–Gracias, tu también estás muy guapo – respondo. Miro sus jeans desgastados y su camiseta de manga corta blanca. El blanco le queda genial.
–Tengo que devolverte el CD – dice Ed con una sonrisa. Es realmente simpático, y su sonrisa es muy dulce – si quieres, cuando esto acabe puedes venir y te lo doy.
Antes de que pueda responder, Harry habla por mi.
–Vale, cuando acabe la charla iremos a desayunar y pasaremos, ¿te parece bien?
–Sabes que podría haber ido sola ¿no? No tengo nueve años – digo con algo de recelo.
No tiene tiempo de responder, porque el director aparece y saluda a todo el mundo. Nos vuelve a dar la bienvenida y todo el rollo. Nos explica las normas de convivencia, cuando habla sobre lo importante que es la norma de estar en el apartamento a la hora acordada nos mira a mi y a Harry. Hablando de Harry, me acabo de dar cuenta que des de hace un rato me ha cogido por la cintura.
El director continúa con la charla, habla de que las obras ya se han acabado y que des del final de este discurso ya podremos irnos. La hora del toque es a las 21:00 los Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y Domingos. En cambio, el Viernes y el Sábado el toque se alarga hasta las 12:00. También habla de que las clases ya están preparadas, que el lunes comenzaremos y que podemos ver las listas de alumnos por cada clase en los papeles del corcho que hay delante de la puerta. El discurso sigue unos veinte minutos más. Después el director anuncia que también dirá oralmente quien estará en cada clase. Hay seis clases diferentes. Espero poder estar con Lea y Harry. Espera un momento. Lea y ¿Harry? ¿Que hace Harry en mi mente? El debería ser algo lejano que está molestando mi vida. Una piedrecita que pronto saltaré en mi camino. No puedo pensar en él de esa manera.
Empieza con la clase A, donde oigo nombres distantes, que no me dicen nada, hasta que se escucha Liam Payne y Louis Tomlinson. Miro de reojo a Lea y veo la decepción en su cara. Bueno, al menos espero que nos toque juntas. En la B estará Ed y Zayn. En el C no hay nadie que me suene. En el D estará...acabo de escuchar mi nombre, pero Lea debería estar antes, me doy la vuelta y también me está mirando. No estamos juntas. No vamos a cumplir nuestro sueño de hacer los deberes y estudiar juntas. No podremos comentar gilipolleces de cuestra clase. A mi clase también ca Harry. Un momento, a mi clase va Harry. Me quedo mirando al vacío. Igualmente, no dejaré que me distraiga con sus idioteces en clase. Me pondré sola, y a lo mejor alguien se sienta a mi lado. En la clase E está Niall y también Lea. Al menos una cara conocida para ella. En la clase F tampoco hay alguien que reconozca.
Estoy triste, penso en todas las cosas que teníamos las dos juntas planeadas. No podemos cumplir la mayoría. Voy hacía ella y la abrazo. Empezamos a llorar. Realmente todo este tiempo. Todos los sueños. Todo se ha ido por una clase. Maldita clase.
Noto la insistente mirada de Harry sobre mi. Tampoco le puedo decir malas palabras, no después de que me haya apoyado tanto. No quiero herirle. Me doy la vuelta hacía él y le abrazo.
–Al menos estarás tu – le digo. Veo que me sonríe.
En la próxima media hora desayunamos y vamos a prepararnos para salir y dar una vuelta por Londres. Hay una fiesta entre los famosos pero Harry no la menciona. Debería haber ido, pero no lo hace. Vamos solo Lea, Harry, Louis y yo. El resto de la banda y Ed si que se preparan para ir.
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Porfavor comentad! En serio me haría ilu tener algún comentario demás. Este capítulo es, como podéis ver, algo aburrido. El siguiente si que es romántico y monosho. Tened paciencia :''D Ah y sed buenos y pasaros aquí eh?  thatcomesoutofmyhead.blogspot.com :3

CAPITULO VII


CAPITULO VII:

Estamos casi delante de la puerta cuando aparece una mujer de edad media, vestida elegantemente. Se nos queda mirando. Y nos empieza a gritar como loca preguntando que qué es lo que hacemos allí. Fuera de las residencias. A esas horas de la noche (debían de ser las once) y encima chico y chica. Abrazados.
Le intentamos explicar que vivimos en el mismo apartamento y que él es Harry Styles, pero no pudimos. Tuvimos que acompañarla hasta la puerta del director, donde fuimos recibidos con un no muy cordial saludo.
El hombre del discurso. Estaba leyendo el periódico, cuando la mujer entró en su despacho explicándole lo ocurrido. Nos analizó de una mirada. Le dijo a la mujer que ya podía retirarse. Se refirió a ella como Margaret.
Su vista se volvió a fijar en nosotros. Harry ya me había soltado, pero yo seguí muy roja. Mi primera semana y ya estaba metida en líos.
–¿Me puede explicar alguno de vosotros que acaba de pasar? – pregunta seriamente – ¿Por qué estabais fuera de vuestro apartamento a estas horas, cuando todos estabais obligados a premanecer en la vivienda?
–Lo sentimos mucho director. Ha sido culpa mía. Kat me avisó, pero yo... – empezó Harry. Iba a cargar con todo. Por mi.
–Harry cállate. Director, la culpa fué mía. Me enfadé como una niña pequeña con él. Ni siquiera le dirigía palabra, llevaba cuatro días encerrada en mi habitación, y necesitaba un respiro. Salí fuera y pedí un taxi y me fuí al centro de la ciudad. Él solo estaba preocupado y salió a buscarme. Por favor, no quiero que Harry esté involucrado en el castigo – suelto de golpe. He hablado rápido, no quería que él me interrumpiese. Me está mirando estupefacto. No creo que se lo esperara.
–Bien, agradezco su sinceridad señorita Jonhson, pero eso no es suficinte para eradicar una falta tan grave. En caso de no querer involucrar al señorito Styles, me temo que tendré que expulsarla.
Bajo la cabeza. Apenas llevo cinco dias y ya me han expulsado. A mi nunca me habían llamado la atención siquiera en mi antiguo colegio. Noto la insistente mirada de Harry sobre mi.
–Señor director, ¿que le parece si hago un pequeño donativo para que todas las obras acaben antes y nos olvidamos de este asunto? – dijo este apoyando todo su peso en la mesa del hombre. Tenía los puños tan apretados que estaban blancos.
–Bien. Entiendo lo que quiere decir. Denego tu petición. Pero la señorita se puede quedar – sonríe – sus notas son excelenetes. Pero señorito, si usted cree conveniente cambiar a las afortunadas de vuestro apartamento por otras que no tengan tanta mala influencia, lo aceptaré.
Golpe bajo, viejo. Miro a Harry. Levanta las comisuras de los labios, creando una media sonrisa burlona.
–No creo que haga falta, Katrina es mejor compañía de lo que usted cree – dice finalmente. Coge su mano y rodea mi cintura con ella. La atrae cerca de la suya.
Minutos más tarde estamos caminando hacía nuestro apartamento.
–Gracias – susurro de mala gana.
–De nada, pero eres idiota. No entiendo porque asumiste la culpa. Si lo hubiese reconocido yo no habría pasado nada de esto. Ya sabes, yo soy Harry Styles – dice dándose aires teatralmente.
–Ya lo sé ricitos – respondo sonriendo.
Llegamos delante de la puerta de nuestra casa. Saco las llaves y las meto en la cerradura. Abro la puerta y nos encontramos a lo más extraño que he visto en mucho tiempo. Lea está contra de la pared, medio subida encima de Louis. Se están besando.
Harry carraspea.
Se separan. Lea enrojece toda. No me lo puedo creer, ella no es así.
–Pensabamos que entrarías a escondidas por la ventana – dice avergonzada. O está pasando mal por la viésemos de esa manera. Ella suele ser cuidadosa con su imagen y no hace ese tipo de cosas en público, ni en privado.
–Nosotros también. Hasta que nos pillaron – Harry calla un momento. Está observando a su amigo, que sige sujetando a mi amiga en brazos. Levanta las comisuras de los labios formado hoyuelos – Y sé que es tarde y os lo estábais pasando maravillosamente, pero Kat tenía mucho frío y le prometí que tendría una sopa calentita al llegar a casa ¿podrías ir a cocinarla mientras yo me quedo con ella?
Lea asiente, se baja de los brazos de Lou y se va a la cocina. Louis no ha dicho nada. Supongo que está avergonzado. Harry me mira. Se sienta en el sofá. Está en la misma posición que en la pizzeria, supongo que está esperando que me ponga a su lado. Cambio de dirección y le suelto:
–Voy a cambiarme – le digo.
–Te acompaño – dice levantándose.
–Creo que sabré hacerlo sola.
–Me da igual.
No consigo escapar de él. Entro en la habitación y escojo ropa de ir por casa. Con unos leggins y una camiseta ancha tendré suficiente. Se ha sentado en la cama y está mirando al vacío. Ve que he acabado de coger la ropa. Sigue allí, sonriéndome. Probablemente espera que me cambie delante suyo. ¡Será cerdo! Me voy al baño. En pocos minutos salgo. Lo único que me he dejado es el lazo.
Sigue sentado en la cama. Mira en el vacío. Escucha el sonido de la puerta abrirse y se da la vuelta. Sonríe. Se ha quitado los zapatos.
–Bueno, ¿piensas quedarte en mi cama toda la vida? – pregunto frunciendo el ceño.
–Eso es mucho tiempo para pasar junto a una cama. Pero si tu también vas a estar en ella, acepto – dice con una sonrisa burlona.
Sonrío.
–Anda, ven aquí – dice abriendo los brazos. Me acuesto a su lado y su aroma vuelve a a envolverme. Vuelve a acariciar mis rizos.
Lea abre la puerta y entra con dos tazones de sopa. Los deja sobre el escritorio y se va sin decir nada. Yo cojo uno de los platos y lo miro. Los deberán haber comprado el otro día. Són bonitos, y tienen motivos florales, aunque no es lo más acertado para un chico. Empiezo a sorber con cuidado y lentamente. Está calentito, tal como debería.
–¿Quema? – pregunta Harry.
Quiero responderle, per en ese moento coge mi cabeza con las dos manos y me da un suve y pequeño beso, ni llego a responderselo, porque ya se alejado.
–Ha-rry... – empiezo avergonzada ¿que ha sido eso?
–Quería ver si quemaba – responde a la pregunta que no he formulado, ha bajado la cabeza, está avergonzado. A lo mejor espera que le vuelque la sopa encima, pero no respondo. Tal vez simplemente se moría de ganas de besarme pero no sabía como hacerlo. Tengo que reconocer que es ingenioso el chaval.
Callamos y acabamos de comer la sopa en silencio. No sé como reaccionar después de lo que ha pasado. Es tarde. Deberíamos estar durmiendo. Dejo el plato encima del escritorio. Harry hace lo mismo y vacila.
Me meto en la manta y cierro los ojos. Se quiere quedar, lo siento. No quiere obligarme, ya le he dejado claro mi punto de vista hace unos días, y supongo que la intenta respetar. Pero estoy cansada de este juego. Estoy cansada de esconderme y que nadie venga a buscarme, así que cuando se levanta entrelazo su mano con la mia. Sonríe.
Se pone a mi lado y se cubre con la manta. Me abraza. Ya no juega con mis rizos, me está agarrando la mano.
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Siento que sea tan caca .-. El siguiente tampoco es nada dl otro mundo, pero os aseguro que el nueve es el más bonito de todos >w<
PD: Le prometí a una amiga que dejaría el link de su blog aquí, que lo acaba de abrir y es la leche :'D
 directionermixerandmore24.blogspot.com
y el de otra amiga que no me ha dicho nada, pero como que es lectora mia, lo pongo (??
  thatcomesoutofmyhead.blogspot.com
Besotes C: (<– siempre pensé que ese emoticono era un toro que no paraba de decir "cccccc") LOL

viernes, 22 de febrero de 2013

CAPITULO VI


CAPITULO VI:

No me consigo concentrar. Las palabras vienen y se van. Finalmente, consigo olvidarme de todo. Me quedo absorta en la lectura. Estoy en un pequeño trance. Hasta que alguien me quita de él.
–No llores – dice.
Cierro el libro. Reconozco la voz. No necesito subir la vista. Me levanto y me voy hacía delante.
–¿Por que has venido Harry?
–¿Porque te has ido? – pregunta él. Su voz es dulce. Me sonríe. Soy una persona horrible. Después de decirle esas cosas, ha venido a buscarme. Lleva una camiseta blanca y unos pantalones marrones. No lleva chaqueta.
–Necesitaba un respiro – le respondo cortante.
–Has salido sola. No conoces Londres. Está lloviendo. Te asustan los relámpagos.
–No está llo... – es entonces cuando miro al cielo y me doy cuenta de que si que está lloviendo. Abro el libro por la página que estaba leyendo y veo que está mojado. Pero mi pelo está seco. – ¿Cuanto tiempo llevabas detrás mío con el paraguas?
–Bastante. Te hablé cuando empezaste a llorar.
–Yo no lloraba – es entonces cuando toco mi cara y reconozco con el tacto los caminos de lágrimas.
–Hace frío. ¿Vienes? – Pregunta con la misma sonrisa dulce. Me extiende la mano y yo se la tomo.
–Gracias – susurro. Era para mis adentros, pero mis labios lo forman, y mis cuerdas vocales dejan el sonido salir.
–No hace falta que me las des. Pero que sepas que eres tonta – me dice más serio. Ya no sonríe.
–Yo...lo siento. De verdad Harry. No quería tratarte así. Pero no quiero que me hagan daño. Tienes razón. Soy increíble en unos aspectos avanzados, pero cuando se trata del mundo básico no sé nada – le suelto todo en voz baja – Me he hecho una promesa de no pedir perdón, pero lo siento.
–Tranquilizate – su voz me consuela. Me da un abrazo en el que su aroma me envuelve y me coge suavemente de la mano – faltan unas seis horas para que anochezca. Vamos a una pizzeria.
–Pero a mi me quedan solo unas cinco libras. Me lo he gastado todo en el libro y el taxi. Aquí las cosas son muy caras – le digo avergonzada. Odio tener que decir este tipo de cosas.
–No pasa nada, tonta. ¿Te has olvidado que soy famoso? Tengo mucho dinero – esta vez sonríe.
Asiento y seguimos caminando. Entramos en una pizzería corriente y Harry intenta taparse lo máximo posible. Entonces se me ocurre algo.
–Harry, ¿y si le pides al encargado que nos deje uno de los trasteros? – le digo.
No sé como lo hace, pero habla con el hombre y este al final accede. Yo creo  que le ha dado varias libras de más, pero el mismo lo ha dicho, es famoso.
Subimos por unas escaleras estrechas y mugrientas. Entramos en una habitación cuadrada llena de alimentos. Al fondo hay un pequeño sofá gris y delante una mesita de café. Está todo lleno de humo. Sigue haciendo mucho frío, pero se está mejor. Pedimos los dos una pizza extragrande, y zumos.
Harry avanza y me tira de la mano para que siga. Hago éso  mismo y me siento a su lado en el sofá. Estoy temblando así que abre los brazos cómo diciendome que venga hacía él. Lo hago, y el me rodea con su brazo. Su piel quema. Ya no tengo frío. No sé cuanto tiempo pasamos así, sin decir nada. Llega el mismo hombre de antes y deja sobre la mesilla la pizza y las bebidas. Mira de forma extraña cómo estamos sentados. Supongo que por el hecho de que ha reconocido a Harry.
No pruebo bocado. Siento el hambre pero no puedo comer. Harry tampoco se mueve. No para de acariciar mi pelo. Mira su reloj de vez en cuando. Faltan unas cuatro horas para que podamos irnos. Me está acariciando el pelo suavemente. Ahora me acaricia la frente. Empieza a tararear la canción de Little Things. La amo. Cierro los ojos y me dejo llevar.
Pierdo la noción del tiempo y solo sus palabras me envuelven. Su voz es única. Me tranquiliza. No sé que hora es. Ya no tengo frío. Ahora está cantando Give me love de Ed Sheeran. The A team. Over Again. Moments. Irrisistible. Magic. Rock Me. Las oigo una a una y me cubren. Es el mejor momento de mi vida. Busco la mano con la que me coge y la entrelazo con la mía. Si pudiera congelar este segundo, lo haría.
Su voz se oye a lo lejos y todo se vuelve negro. Estoy durmiendo. Pero le siento a mi lado. El tiempo pasa.
Siento como su mano me acaricia la cara. Repite mi nombre varias veces y abro los ojos. Me sonríe.
–Levanta Bella Durmiente, es la hora de irnos.
Me pongo de pie y me estiro. Vuelvo a tener frío. Mucho. Empiezo a teblar Harry parece notarlo.
–Cuando lleguemos a casa le pediré a Lea que te haga una sopa. También mandaré a Lou para que le ayude – dice mientras bosteza.
–¿Cocina bien? – pregunto sorprendida. No recuerdo haber leído eso.
–Horriblemente. Pero así estarán solos. Y juntos – exclama mientras hace su típico movimiento de las cejar arriba y abajo. Pero me paro a pensar en su frase. Estarán solos. Y juntos. Si ellos están solos y juntos. Nosotros también estaremos solos y juntos.
–Madre mía. Si tanto le apoyas deberá de estar muy enamorado. ¿Tan fuerte fue el flechazo?
–Yep – confirma él mientras empieza a caminar y caminar.
–Pues en ese caso le ayudaré – digo yo.
–¿Que te parece si en vez de coger un taxi vamos caminando y podemos hablar? – me pregunta algo rojo. Supongo que le da verguenza decirme eso. Sonrío para mis adentros.
–Claro. Empecemos. ¿Cuál es tu colo preferido?
–Supongo que ya lo sabrás, pero hagamos como si no supieras nada de mi. Naranja. ¿Y el tuyo es...?
–En realidad tengo dos. Beige y el Azul Marino. ¿Porque te has hecho tantos tatuajes? ¿Cuantos tienes?
–No lo sé, y tengo treinta y siete. ¿Tienes alguno?
–No – vacilo – no me gustan los tatuajes.
–Ah – dice seco.
–No te enfades. Solo que no me gustan – digo rápidamente. No quiero molestarlo.
–Pero aún con tatuajes  – ahora es él que vacila – ¿aún con tatuajes te gusto?
–Pues claro que si tonto – digo riéndome por lo bajo. Paro en seco.
–Es decir que te gusto – dijo con una sonrisa de superioridad fingida.
–¡Claro que no tonto! – Traducción: ¡Claro que si, tonto!– Me refiero a que me da igual que tengas tantos tatuajes, seguirás siendo el mismo.
–Me alegro saber que piensas eso – dice con voz cariñosa.
Tengo frío. Empiezo a temblar otra vez. También lo nota.
–Anda, ven aquí – dice abriendo el brazo como seña para que vaya. Lo pone a mi alrededor, le respondo al abrazo rodeando su torso con mis manos.
–Gracias – le dico levantando la cabeza para verle la cara. Sonreía – Solo una preguntita.
–Dime.
–¿Sabe el increíble señor Styles donde estamos? Porque llevamos como una hora caminando y nada.
–Pues faltan unos quince metros y estaremos delante de la puerta principal – dice tan tranquilo. Supongo que como es oscuro no me he dado cuenata.
Empezamos a hacer bromas y a reír. Me encanta estar con él. Decido dejar de preocuparme y vivir.
Estamos casi delante de la puerta cuando aparece una mujer de edad media, vestida elegantemente. Se nos queda mirando. Y nos empieza a gritar como loca preguntando que qué es lo que hacemos allí. Fuera de las residencias. A esas horas de la noche (debían de ser las once) y encima chico y chica. Abrazados.
Le intentamos explicar que vivimos en el mismo apartamento y que él es Harry Styles, pero no pudimos. Tuvimos que acompañarla hasta la puerta del director, donde fuimos recibidos con un no muy cordial saludo.
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Porfavor comentad, y si tenéis amigos pasarles el link :'D Gracias por todo. Ah y en el siguiente hay sorpresa.

CAPITULO V


CAPITULO V:

–¡HARRY! – grito lo más alto posible. Veo como se da la vuelta, abre los ojos lentamente y intenta apartar la bruma que le viene a los ojos. Los cierra y los abre varias veces intentando ver claramente. A él también le da verguenza verme allí– ¿se puede saber que hago YO en TU habitación, en TU cama?
–Anoche no podía dormir y fuí a la cocina y te encontré dormida encima de un libro y con una taza de té a tu lado.
–¿Y por qué no me llevaste a mi habitación? – pregunto.
–Porque suponía que Lea estaba dormida, pero aparte de que no quería despertarla y que no pueda seguir durmiendo, no sabía si ella tiene la manía de dormir desnuda. Además, en cuanto te puse aquí, adormí en seguida, así que funcionas mejor que mis pastillas para insomnio – dice sonriendo. No es una sonrisa mal intencionada ni burlona, es dulce y tendra, es perfecta.
Me quedo mirándole y me pongo roja. Quiero enfadarme pero no puedo. Yo no soy así, yo no soy una chica fácil. Ni siquiera me he acostado con alguien todavía. No quiero que después de un día me lleve a su cama. No quiero ser así.
–Yo...No deberías haberlo hecho. Yo no quiero que me veas de esa manera. No soy una chica tán fácil como tu te crees. No caeré en tus encantos. Si vuelve a pasar despiértame. Prefiero pasar la noche en vela – me duele lo fría que soy, pero es la única manera de protegerme. ¿Que pasaría? Que el primer día acabo en su cama, el segundo le beso, me enamoro, el se va con otro en el cuarto día y en el quinto vuelvo a  caer. La última vez ya fué horrible – No seré una de tus chicas, las que te siguen como un perrito faldero. No seré así, ni hoy ni jamás.
Su sonrisa se borra. Lo siente todo como un puñetazo. Lo sé. Lo veo. Veo como me mira de esa manera. Me gustaría saltarle encima y hacerle cosquillas.
–Preferiría que nuestra relación fuese estrictamente de conocidos, por no decir contactos visuales. Lo siento mucho, pero no quiero convertirme en lo que más odio por culpa de un chico – digo con un hilo de voz. Apenas se me oye, pero presiento que en su cabeza esas palabras resuenan tan fuerte que romperían cristales.
Baja la cabeza.
Me levanto, bajo de la cama y me dirijo hacía la puerta. Louis se acaba de levatar. Agranda los ojos cuando me ve, pero encamina su mirada hacía la cara de Harry, y después hacía mi cuerpo. Yo estoy de espaldas. Abro la puerta silenciosamente y me voy.
Dejo mis palabras en el aire, gritando en el vacío. Las escucho sin parar y resuenan en mi oído. Me mareo y me voy al baño. No podemos salir de la casa hasta nuevo aviso, así que me quedo en la habitación el resto de la mañana.
Lea es suspicaz y se da cuenta. Me viene a preguntar como estoy pero la rechazo. Ya sabe que si no quiero hablar sobre eso, no lo haré a no ser que esté preparada para decirlo.
Un día, ha pasado un día y sé pocas cosas sobre él, pero siento que le conozco, aunque sea un poco. Me he enamorado en un día.
Quiero gritar. De verdad lo quiero. Un día. Un día en el que simplemente podría haber ido a ver una peli y quedarme leyendo han sucedido tantas cosas.
Los minutos pasan. Las horas pasan. Los días pasan. Han pasado cuatro, es viernes. Estoy harta de esconderme en mi habitación. Me cuesta evitar la preocupación de Lea. Me cuesta evitar la compasión de Louis. Me es imposible evitar la mirada de Harry. La siento sobre mi alma como un martillo que quiere romperlo.
No podemos salir, pero ya no aguanto más, esta noche saldré. Le pediré a Lea que me enseñe por donde ha salido con Louis y me iré a dar una vuelta, a despejar mi mente y de paso podría comprarme un libro.
Me duché anoche, pero lo vuelvo a hacer para refrescarme. Me peino el pelo cuidadosamente y me defino muy bien los rizos. Mi pelo moreno-rojizo-rubio es suave. Me pongo un lazo turquesa atrás. Me pinto las uñas del mismo color. Me pongo unos pitillos negros, unas bailarinas rosa suave y una camiseta ajustada del mismo color. Me pongo solo un poco de rímel y pintalabios rojo.
Cojo el móvil y me lo pongo en el bolsillo, hago lo mismo con las llaves y dinero. Miro mi silueta en el espejo y veo a una chica de estatura media, delgada. Busco a Lea. Está en la cocina con Lou, se están riendo. Grito para que venga, no quiero que los chicos sepan que me voy.
Le pregunto por donde salió del apartamento y de la residencia con Louis. Vacila, pero viéndome estos días me deja salir a tomar un respiro. Me cubrirá la espalda y no les dirá nada a ellos.
Salto por la ventana, nuestros apartamentos están en una zona diferente, por lo tanto es muy fácil salir. Miro los campos. Está todo hecho un asco, hay máquinas por todos lados, y hombres en monos. Nadie parece notarme, así que salgo por la puerta principal. Camino unos diez metros y llamo a un taxi para que me lleve al centro de la ciudad.
Al llegar lo miro todo perdida, no sé que hacer, no sé donde ir. Opto por dar vueltas. Miro el cielo, es gris, aunque no creo que llueva.
Me quedo pensando. No habría motivo para estar enfadada, pero lo estoy. Me siento aturdida y enrabiada conmigo misma. Pero no creo que me trate de esa manera. No él. No quiero ser esa chica que en un dia estuvo detrás de él. Pero lo soy. Yo soy esa chica.
Sigo dando vueltas. Nadie me mira, ni yo miro a nadie. Miro a todos. La gente pasa, agobiada, relajada.
No sé exactamente que hacer. Tengo frío. Las ganas de llorar vienen. No entiendo porque. Es que para empezar tampoco puedo culparle. Él no tiene la culpa. No puedo reprocharle nada porque yo ya sabía como era. No me ha obligado a nada. Soy yo la que esperaba esto de una forma diferente. Debería dejarlo todo igual. No hay razón para que esté triste. Solo que no quiero que me haga daño. Parezco tonta. Un día, fue un día y acabé durmiendo con el.
Miro a mi alrededor. No reconozco la zona. Me he perdido. Genial. Camino varios metros más hasta que me topo con una librería enorme. El viento sopla fuerte y alguien acaba de tirar una colilla de cigarro. La brisa se lleva mi pelo. Empiezo a llorar y no sé porque.
Levanto la vista y miro al cielo. Relámpagos. Entro en el edificio. Saludo a la dependienta y peino con la mirada todas las estanerías. Después empiezo a mirar cada una. Finalmente escojo un libro con el lomo negro que me llama la atención. Lo pago y salgo de allí. Volveré cuando anochezca. Me quedan bastantes horas. Así que escojo un banco cerca de la construcción y me siento. Empiezo a leer. Hace frío.
No me consigo concentrar. Las palabras vienen y se van. Finalment, consigo olvidarme de todo. Me quedo absorta en la lectura. Estoy en un pequeño trance. Hasta que alguien me quita de él.
–No llores – dice.
Cierro el libro. Reconozco la voz. No necesito subir la vista. Me levanto y me voy hacía delante.
–¿Por que has venido Harry?
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Siento que sea tan corta, pero la siguiente recompensa, os lo prometo. Si me comentáis las tres la subo esta noche :D