CAPITULO IV

CAPITULO IV:

La puerta se abre y aparece Harry muy rojo, supongo que ahora le da verguenza hablar conmigo desdes de eso. Entra y se acerca a mi.

–Se me olvidaba darte algo – dice extendiendome mi móvil.

–Gracias  – le respondo igual de roja – también por ayudarme con los CD’s y los libros.

–De nada – dice. Entonces sonríe de la forma más tierna que he visto a alguien hacerlo, se le forman hasta hoyuelos. Quiere irse, pero se da la vuelta y me pregunta – ¿Quien decías que era tu cantante favorito?

–Ed Sheeran ¿porqué? – pregunto extrañada.

–¿Tienes su CD aquí?

–Claro – respondo, aunque no entiendo que tiene que ver.

–Déjamelo ver.

–Harry, no entiendo que tiene que ver este CD contigo – digo entregándoselo. Lo coge, sonríe y me coge de la mano y me dice que le acompañe. En la entrada están todos los chicos de la banda y Ed.

–Este es el bicho del que os he hablado – les dice. Espera, ¿les ha hablado de mi? Pero si hace poco estábamos juntos, tuvo que ser urgente ¿no? – Kat, como somos los únicos con comida se quedarán a cenar.

–Vale – respondo un poco cortada. ¿Que tengo yo que ver con esto? Y Harry aún no me ha soltado de la mano.

–Bueno, Ed, aparte de ser una chica insoportable a tiempo completo también es gran fan tuya. Así que me podrías hacer el favort de firmárselo.

–¡¡HARRY!! Cómo vas y dices eso, así a lo bruto – mi cara empieza a arder. Me doy cuenta de que voy con ropa de casa.

–Encima que te hago un favor, te quejas. Es que no hay quien te entienda – vuelve a sonreir.

Un momento de silencio. Me quedo mirándoles, van con ropa de calle aunque estén en sus viviendas. Miro a Louis, que me está mirando. Zayn parece raro, algo triste. Niall está comiendo... ¿comiendo? No se supone que nadie tenía comida. Hasta que me fijo en la bolsa.

–Harry, ¿me puedes explicar que hace Niall con MI bolsa de patatas? – pregunto intentando parecer molesta. La verdad es que Niall comiendo como un niño pequeño es muy mono, me pregunto porqué no está regordete. Está perfecto.

–Tenía hambre – responde en tono burlón.

–Y....

–Y le dí la bolsa.

–Podrías habermela pedido.

–¿Queréis parar? – dice Liam.

–Lo siento, pero me pone de los nervios – le digo yo medio avergonzada.

Otro momento de silencio. Ed me está mirando con una sonrisa, al menos no le intimido.

–Vamos a ver si esto te pone de los nervios – dice Harry en voz juguetona mientras me levanta arriba, me coge de los tobillos y me deja a quince centímetros del suelo.

–Harry para. ¡¡¡HARRY!!! HARRY PARA QUE SE ME ESTROPEAN LOS RIZOS. Mis RIZOOOS. Harry te juro que te mato cuando baje. ¡HAROLD EDWARD STYLES, SUÉLTAME! – Estoy intentando soltarme. La camiseta se me está bajando peligrosamente.

–Pero si te sabes hasta mi segundo nombre, mira que eres mona – dijo con una voz burlona mientras me sacaba la lengua.

–Harry, se me está bajando la camiseta, Y SE ME VA A VER TODO, así que o me bajas o te juro que te doy un puñetazo ahí – grité asegurándome de que me oye.

–Vale, vale, ya te bajo – dijo con cierta incredulidad. Una vez abajo le di una patada en la espinilla.

–¿Y eso por que ha venido? – pregunta diveretido. Es tan mono que me lo comería. Me quedo embobada mirándole y no me doy cuenta de que estaba esperando mi respuesta. Me pongo roja y solo suelto un murmullo.

–¿Pero hace mucho que os conocéis? – Pregunta Zayn.

–Que vá. Se conocieron esta mañana. El odio a primera vista fué cuando ella le gritó que era un cerdo sucio por dejar la casa hecha un asco –respondió Louis riendo.

–Error, os llamé a los dos cerdos asquerosos – interrumpí yo sonriendo.

–Ya me gustaría saber a mi como cogisteis esa confianza – esta vez fué Niall el que habló, con la boca llena, cómo no.

–Cuando llegamos, Lea y yo oímos gritos y risas, y sinceramente yo pensé que se estaban matando, pero al entrar Harry estaba dando vueltas con Kat en brazos y cantando como un loco que tenía un barquito – decía entre risas.

Me puse roja y noté que todos me miraban.

–No era necesario que des todos los detalles – dijo Harry con recelo – Ah, por cierto, se llama Kat.

–Podría haberme presentado yo.

–Pero no lo has hecho.

–¿Es necesario hacer todo esto en público?

–Pues si quieres puedes venir a mi cuarto – dijo Harry con una sonrisa de oreja a oreja.

–Eres un cerdo – le respondo divertida.

–Bueno, puest tu te vienes con este cerdo a cocinar para nuestros invitados – me dice cogiéndome en brazos como si fuese un niño pequeño.

–Sabes que también sabe caminar ella sola, ¿verdad? – oigo la voz de Lea por el pasillo. Lleva ropa de ir por casa y un moño desecho – Dios mío Kat, ¿que les ha pasado a tus rizos? Están horribles.

Veo a Harry lanzándole miradas para que se calle y me acuerdo de que se me despeinaron. Empiezo a enfadarme y quiero gritarle hasta que Ed dice algo:

–Vamos a calmarnos, o al final el pobre Harry se quedará sin pelo.

Vamos a la cocina y nos pasamos la mayoría del tiempo haciendo el tonto y riendo. Me gusta estar con él. Cenamos y cada uno se va a su respectivo apartamento. Nosotras nos vamos para acabar de ordenar las cosas. Nos toma como tres horas para ponerlo todo bien, y a mi aún me falta ordenar los libros y los discos. Lea va a ducharse y yo me quedo haciéndolo. Cuando finalmente acabo voy a bañarme. Me pongo con el pelo húmedo en la cama y me quedo pensando, en todo. Lo que ha pasado hoy. Solo ha sido un dia y ya me va levantando en brazos por todos lados. Ha dicho que soy guapa. Me ha llamado tonta. Me he quedado sola con él. Me gusta. Las horas pasan y me doy cuenta de que no puedo dormir, así que voy a la cocina a hacerme un té.

Enciendo la luz y voy con cautela intentando no despertar a nadie. Hace tiempo que me cuesta dormir por las noches. Así que busco el té que me calma y me da sueño. Vuelvo a mi cuarto para coger un libro, así no tengo que despertar a Lea leyendo en el cuarto. Los minutos pasan y se hacen interminables. Llega un momento en el que todo se vuelve negro.

Estoy flotando en una nube. Todo es tranquilo, siento el suave tacto de un cojín debajo de mi cabeza. Tengo calor, así que me quito la manta de encima. El frío llega a mi, así que me vuelvo a tapar. Oigo un gruñido cuando la muevo y intento saber de quién es. La voz de Lea es fina. La mía la reconocería. Es una voz masculina. Me intento dar la vuelta pero choco con algo duro. Abro los ojos y veo la silueta de alguien recubierta por un suave polo morado de lana.

Es entonces cuando reconozco los rizos castaños. Los labios finos y el tatuaje de la muñeca.

–¡HARRY! – grito lo más alto posible. Veo como se da la vuelta, abre los ojos lentamente y intenta apartar la bruma que le viene a los ojos. Los cierra y los abre varias veces intentando ver claramente. A él también le da verguenza verme en su cama– ¿se puede saber que hago YO en TU habitación, en TU cama?

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Lo siento mucho, no me gusta nada este capítulo, en cambio el siguiente sí que es mejor, y el sexto me encanta :) Porfavor comentad, que es lo único que me anima a escribir mentira, pero vosotros comentad.